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Represión en Yerba Buena: el ajuste se impone a palos


Trabajadores municipales nucleados en ATE fueron reprimidos este lunes en Yerba Buena mientras reclamaban mejores condiciones laborales. Hubo heridos, detenidos y denuncias de violencia contra mujeres. Aunque el intendente es de la oposición, la policía que actuó responde al gobierno provincial.

En Yerba Buena, Tucumán, este lunes 11 de agosto los trabajadores municipales afiliados a ATE se movilizaron hasta la municipalidad para exigir lo mínimo: ropa de trabajo, elementos de seguridad, y estabilidad laboral para más de 115 empleados que llevan más de 14 años precarizados, con contratos basura, sueldos por debajo del mínimo legal y sin cobertura de ART.

La protesta, que incluyó un corte pacífico de calle frente al edificio municipal, fue respondida con represión. La policía provincial avanzó con golpes y empujones, dejando varios heridos y tres detenidos, entre ellos el secretario general de la seccional local, José Alderete. Según denunció la secretaria adjunta, Mariel Acevedo, la violencia alcanzó también a mujeres y personas con discapacidad, y se llevó a cabo sin la presencia de personal policial femenino, como lo exige la ley.

La escena deja en claro que, más allá de quién gobierne el municipio (Mariano Campero, Juntos por el Cambio), la policía que actúa en Tucumán responde a la provincia. Es decir, al gobernador Osvaldo Jaldo, que no puede mirar para otro lado: los palos y detenciones no salieron de la nada, salieron de fuerzas que están bajo su mando.

Lo más grave es que estas represiones empiezan a nacionalizarse: no importa si gobierna Milei desde la Nación, un radical en un municipio o un peronista en una provincia, la receta se repite —palo, gas y detención para el que protesta—. Y desde un gobierno provincial que se dice peronista, que históricamente nació para defender a los trabajadores, no se puede avalar ni permitir que en medio de esta crisis económica se reprima a quienes reclaman lo justo.

ATE anunció que seguirá la protesta este martes frente a la municipalidad y que iniciará acciones legales contra la represión. Mientras tanto, los trabajadores siguen en la misma situación de abandono: salarios miserables, precarización extrema y ahora, encima, violencia institucional.

En tiempos donde el ajuste baja desde Nación y se replica en cada rincón del país, lo ocurrido en Yerba Buena muestra que la política de “disciplinar” a los que luchan no distingue colores partidarios cuando se trata de defender privilegios y castigar a los de abajo.

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