Por AWQAY
El Vaticano tiene nuevo Papa. Y esta vez, por primera vez en la historia, no viene de Europa ni de América del Sur, sino del corazón del imperio: Estados Unidos. El cardenal Robert Francis Prevost, nacido en Chicago y con una larga trayectoria pastoral en Perú, fue elegido el pasado 8 de mayo como León XIV, el sucesor de Francisco.
¿Quién es León XIV?
Aunque estadounidense de nacimiento, Prevost no es ajeno a América Latina. Su trabajo como misionero y obispo en Chiclayo (Perú) durante décadas lo vinculó profundamente con los pueblos del sur global. Su elección envía un mensaje ambivalente: por un lado, una figura cercana a las periferias; por otro, un hombre formado en el centro del poder mundial. ¿Cómo impactará esto en el equilibrio geopolítico de la Iglesia?
Continuidad o restauración
A diferencia de su antecesor, León XIV eligió retomar símbolos tradicionales del papado, incluyendo la vestimenta ceremonial que Francisco había descartado. ¿Una señal de retorno al orden anterior? Aún es pronto para decirlo, pero muchos analistas eclesiásticos advierten una posible restauración conservadora con rostro moderado.
Sin embargo, sus primeras palabras fueron claras: paz, justicia, inclusión. Un guiño a los sectores progresistas del catolicismo que esperan que las reformas iniciadas por Francisco —como la lucha contra el abuso clerical, la apertura al debate sobre el rol de las mujeres, y una Iglesia más cercana a los pobres— no queden en suspenso.
El Papa del Norte y el Sur
El nombramiento de un Papa estadounidense con experiencia latinoamericana pone en el centro una tensión histórica: la Iglesia como fuerza espiritual global, pero con sede y estructuras ligadas al poder occidental. ¿Qué implicancias tendrá esto para los movimientos populares del sur, para la teología de la liberación, para la autonomía de las iglesias locales?
Muchos recuerdan con esperanza su cercanía a las comunidades empobrecidas del Perú. Otros, con cautela, señalan que su actual ascenso fue promovido por sectores del Vaticano que buscaban equilibrar los cambios de Francisco con un liderazgo más institucional.
¿Y ahora qué?
León XIV asume en un mundo marcado por el avance de las derechas, el colapso climático, las guerras en curso y el descrédito de las instituciones. La Iglesia, lejos de ser un actor menor, sigue influyendo en millones. ¿Será este nuevo Papa un puente entre mundos o un freno a los vientos de cambio?

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