Por AWQAY
Esa frase se repite en la calle, en los bares, en las colas de los colectivos, como si fuera un mantra de resignación. “Gobierne quien gobierne hay que laburar”. Y sí, claro que hay que laburar. El pueblo trabajador nunca dejó de hacerlo. Ni en dictadura, ni en democracia, ni en crisis, ni en bonanza. El sudor del obrero, de la empleada doméstica, del albañil, del colectivero, de la maestra o del pibe que reparte en bicicleta es la base sobre la que se sostiene este país.
Pero el problema no es si trabajamos o no: el problema es qué pasa con el fruto de ese trabajo.
Gobierne quien gobierne, siempre vamos a tener que salir a ganarnos el mango. La diferencia está en si con ese laburo podés llenar la olla o si la heladera está vacía. Si tu salario se defiende frente a la inflación o si cada día vale menos. Si el alquiler se puede pagar o te deja en la calle. Si la obra social te cubre o tenés que rezar para no enfermarte.
Esa frase que repiten como verdad universal en realidad es una trampa: intenta hacernos creer que da lo mismo quién gobierne, que la política no cambia nada. Y eso es mentira. No es lo mismo un gobierno que protege el salario que uno que lo licúa. No es lo mismo un proyecto que pone al trabajador en el centro que uno que gobierna para los de arriba y te condena a la miseria.
El pueblo siempre laburó. Y siempre laburará. Pero no tiene que ser en vano. No tenemos que conformarnos con sobrevivir. Cada hora de nuestro trabajo tiene que valer para vivir con dignidad, para construir futuro, para que nuestros pibes no tengan que irse del barrio para buscar oportunidades que acá les niegan.
La salida no está en resignarse a la frase armada de siempre. La salida está en organizarse, pelear por nuestros derechos, y exigir que quien gobierne ponga al pueblo primero. Porque laburar todos los días no es un mérito si no alcanza para vivir; laburar todos los días debe ser un derecho que nos permita soñar y crecer.
Gobierne quien gobierne, nosotros decidimos que el trabajo sea fuente de dignidad, no de miseria. Y si es necesario, nos levantaremos cada día, no solo para laburar, sino para pelear por un país donde trabajar valga la pena.

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